Le amour








Siento la moñez.
Ahora que él y yo por fin vivimos en la misma ciudad (bueno, casi) todo es mucho mejor.
Pasear, descubrir sitios, remolonear en la cama hasta las tantas, dibujar juntos y hacer el idiota por Babia.

y podría seguir así un tiempo... pero no me gusta pecar de pastelada.